La sobreviviente de la Noche de los Lápices, Emilce Moler, habló de los momentos de encierro compartidos con la estudiante de Astronomía cuyos restos fueron localizados en Avellaneda.
Emilce Moler, una de las sobrevivientes de la Noche de los Lápices, recordó a Ana Teresa Diego, a 24 horas de conocida la noticia del identificación de sus restos en el cementerio de Avellaneda, con quien compartió una celda de detención en el centro clandestino de la Brigada de Investigaciones de Quilmes.
“Siempre supe que estudiaba Astronomía y nunca olvidé ese dato, porque cuando estábamos detenidas juntas, nos sacábamos las vendas de los ojos por un rato y Ana, a través de la sombra que se proyectaba en nuestra celda, hacía un cálculo para estimar qué hora era. Era un momento, un minuto en el que pensábamos en otra cosa, hasta que volvían los guardias y nos volvíamos a subir las vendas”, contó Emilce
“Nos conocimos en momentos muy difíciles para las dos. También recuerdo que militaba en la Juventud del Partido Comunista”, agregó.
La sobreviviente de la fatídica Noche de los Lápices apuntó que fue poco el tiempo que permanecieron juntas detenidas: “A mi me cambiaron de celda y nunca supe si a ella la habían trasladado a otro lugar o es que no la escuchaba más porque yo estaba en otro lugar”, dijo.
Ana Teresa Diego era oriunda de Bahía Blanca y estudiaba en al facultad de Astronomía de la Universidad Nacional de La Plata.
El 30 de septiembre de 1976 fue secuestrada en el Bosque, momentos después de abandonar la facultad.
Ayer se conoció la noticia de la identificación de sus restos en el cementerio de Avellaneda; noticia que causó enorme conmoción. Aún no se sabe cuándo serán restituidos sus restos a sus familiares. Su madre, Zaida Franz, vive actualmente en Villa Ventana, provincia de Buenos Aires.
En 1985, el testimonio de Emilce Moler fue clave por los aportes informativos que realizó al Equipo Argentino de Antropólogos Forenses; incluso un elemento que Emilce había desechado por considerarlo irrelevante: “Recuerdo que Ana vestía una camisa a cuadros, y fue un dato importante porque muchas veces se encuentran elementos que contribuyen a identificar los restos. Así que –conluyó Emilce-, me siento parte de ese rompecabezas que se fue armando hasta llegar a la restitución de los restos”, concluyó.
Emilce Moler, una de las sobrevivientes de la Noche de los Lápices, recordó a Ana Teresa Diego, a 24 horas de conocida la noticia del identificación de sus restos en el cementerio de Avellaneda, con quien compartió una celda de detención en el centro clandestino de la Brigada de Investigaciones de Quilmes.
“Siempre supe que estudiaba Astronomía y nunca olvidé ese dato, porque cuando estábamos detenidas juntas, nos sacábamos las vendas de los ojos por un rato y Ana, a través de la sombra que se proyectaba en nuestra celda, hacía un cálculo para estimar qué hora era. Era un momento, un minuto en el que pensábamos en otra cosa, hasta que volvían los guardias y nos volvíamos a subir las vendas”, contó Emilce
“Nos conocimos en momentos muy difíciles para las dos. También recuerdo que militaba en la Juventud del Partido Comunista”, agregó.
La sobreviviente de la fatídica Noche de los Lápices apuntó que fue poco el tiempo que permanecieron juntas detenidas: “A mi me cambiaron de celda y nunca supe si a ella la habían trasladado a otro lugar o es que no la escuchaba más porque yo estaba en otro lugar”, dijo.
Ana Teresa Diego era oriunda de Bahía Blanca y estudiaba en al facultad de Astronomía de la Universidad Nacional de La Plata.
El 30 de septiembre de 1976 fue secuestrada en el Bosque, momentos después de abandonar la facultad.
Ayer se conoció la noticia de la identificación de sus restos en el cementerio de Avellaneda; noticia que causó enorme conmoción. Aún no se sabe cuándo serán restituidos sus restos a sus familiares. Su madre, Zaida Franz, vive actualmente en Villa Ventana, provincia de Buenos Aires.
En 1985, el testimonio de Emilce Moler fue clave por los aportes informativos que realizó al Equipo Argentino de Antropólogos Forenses; incluso un elemento que Emilce había desechado por considerarlo irrelevante: “Recuerdo que Ana vestía una camisa a cuadros, y fue un dato importante porque muchas veces se encuentran elementos que contribuyen a identificar los restos. Así que –conluyó Emilce-, me siento parte de ese rompecabezas que se fue armando hasta llegar a la restitución de los restos”, concluyó.
Por Bibiana Parlatore - bibianaparlatore@gmail.com
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